One of our members on Track has been working with a group of youth volunteers to develop strategies and with grass roots organizations to improve peoples lives.
We want to share with the rest of our members in Latin America Eduardo’s experience and the commitment of all the people in the Country which are dedicating full time to solidarity.
We also want to thank all our members in Mexico for their commitment and solidarity with our members in Tabasco. Lets keep making the difference,
World Youth
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Memoria Inundaciones en Tabasco
Diciembre 4 de 2007
Fueron varios días lloviendo, pero nadie imagino lo que iba a ocurrir…
Mi nombre es Eduardo Anaya Sanromán. Tengo 29 años. Soy originario de Guadalajara, Jalisco, México y vivo en el estado de Tabasco desde agosto del presente año.
Estoy trabajando en el Comité de Derechos Humanos de Tabasco en la ciudad de Villahermosa y soy voluntario en una parroquia rural que esta a unos 20 Km. de la ciudad. (San José y los Remedios)
Recuerdo que el domingo terminamos una reunión de evaluación de la pastoral juvenil y yo maneje el coche para llevar a varios de los jóvenes a sus respectivas comunidades. Pocas veces había manejado con tanta lluvia. La carretera internacional estaba encharcadísima, todos los vehículos iban con las intermitentes encendidas y no pasábamos de los 4o Km. por hora.
Toda la noche estuvo lloviendo, y a la mañana siguiente ví que el patio trasero de la casa donde vivo estaba totalmente inundado. Así que me tuve que meter al agua – que me llegaba hasta los muslos – para quitar las ramas que estaban bloqueando el canal de salida. Me acuerdo que los mosquitos me molestaron mucho mientras trataba de concluir el trabajo.
Las Noticias.
El Gobierno estuvo difundiendo través de diversas estaciones de radio y la televisión local que había un estado de alerta, y que la población debía tomar medidas preventivas para evitar pérdidas humanas. Sin embargo la mayor parte de la población de la capital y de las comunidades rurales establecidas en las márgenes de los ríos no atendieron al llamado, porque no creyeron que el agua fuera a llegar hasta sus casas.
Cuando la situación empezó a ser más crítica los habitantes empezaron a subir sus pertenencias (sobre todo refrigerador, lavadora, colchones, muebles) sobre tarimas o a la azotea de sus casas. Pero aun en así miles decidieron no abandonar sus casas, por temor a que fueran a que les robaran algo.
El pánico se dejó sentir en las colonias ubicadas en las partes bajas de Villahermosa. Cuando el muro de contención fue rebasado y el pueblo perdió la batalla contra el rió colocando costales, todo se empezó a inundar. La creciente rompía cada vez más los bloqueos que se habían puesto y la gente corría a resguardarse a los lugares mas altos. Miles de personas salieron de sus casas solo con lo que traían puesto.
El 2 de Noviembre, día de muertos, – que es una fecha muy importante para los mexicanos – transcurrió entre el llanto y la desesperación. Los panteones estuvieron vacíos pero los albergues estaban saturados y cientos de personas no tenían ha donde ir para protegerse. Todos trataban de ponerse a salvo. El Ejercito estuvo rescatando a miles de habitantes con helicópteros durante dos o tres días. Se habían quedado en sus casas y algunos pasaron hasta siete días aislados y sin alimentos.
Aunque los medios de comunicación no lo han publicado se calcula que hubo mas de 400 muertos en la ciudad de Villahermosa. Se llega a esta cifra porque son los que los periódicos han publicado como “desaparecidos”. Pero a más de un mes de la inundación sería muy raro que siguieran desaparecidos.
La solidaridad estuvo presente.
En el territorio de la parroquia, (
Una de las experiencias más gratificantes fue ser testigo de la solidaridad de miles de personas, de otros estados y países que nos hicieron llegar su ayuda. A la parroquia nos llegaron camiones de varias obras jesuíticas del país: Universidad iberoamericana (Puebla), Instituto tecnológico de estudios superiores de occidente (Guadajalara), Universidad Iberoamericana y centro de espiritualidad (Torreón), Instituto Lux (León, Guanajuato) entre otras.
Los jóvenes trabajando.
Los primeros quince días de noviembre fueron dos semanas muy intensas. Los jóvenes voluntarios de la parroquia trabajaron durísimo principalmente en las labores de descarga de los trailers, en el proceso de las despensas y en el reparto y distribución de agua. Recuerdo que un día nos toco descargar tres trailers. Acabamos cansadísimos pero muy satisfechos al saber que todo ese trabajo tenia sentido. Gracias a los bienhechores de otros lugares y a los voluntarios que ayudamos localmente miles de familias recibieron por lo menos una despensa para pasar los días mas críticos después de la tragedia.
Los señores de las comunidades que tenían camionetas las pusieron a nuestra disposición para facilitar la distribución de los alimentos. Mucha gente presto su ayuda desinteresada. Esto es algo que me ha dejado marcado.
Las causas.
Como hemos podido ver, las causas no fueron naturales. La mano del hombre fue la causa principal de las inundaciones en Tabasco.
Llamado a la solidaridad.
b. Capacitación de los actores locales tanto en lo que se refiere a mejorar sus técnicas de cultivo y saneamiento de agua, como en el análisis de la realidad.
Si estas interesado en ayudar de alguna manera a las personas más vulnerables por favor ponte en contacto con nosotros.
La población civil, víctima de estos desastres, tiene derecho a recibir protección y asistencia.
Eduardo Anaya Sanromán
eas27@rocketmail.com
www.codehutab.org.mx